16 de octubre de 2012

Empezá por aceptar tu maldad, un poco de autocrítica no te vendría mal. Me agarraste desatento, es que anduve por ahí, desprolijo porque si. En el arte de fingir me ganas, aunque yo me esmero mucho. Si te presto mi confianza abusas, me devolviste el corazón pertrechado